Pensamientos y orientaciones sobre la crisis

Pensamientos y orientaciones sobre la crisis

Queridas familias,

Primero que todo quiero enviarles un afectuoso saludo, espero que todo esté marchando de la mejor manera para todos nosotros. Por otro lado, me permito compartir con ustedes algunos pensamientos y sugerencias respecto a la situación que estamos experimentando, que sin duda nos ha traído, y traerá, muchos retos difíciles de manejar.

Nunca antes nos habíamos enfrentado a una situación como esta, la cual, como es de esperarse, viene cargada de mucha incertidumbre, pues literalmente no sabemos muy bien cómo reaccionar, qué pensar, e incluso qué creer. Pero pienso que poco a poco nos iremos adaptando mientras desciframos formas de afrontar la situación y encontramos las rutinas que nos ayudarán a promover el equilibrio mental y emocional al interior de nuestras familias. Como ya se los hemos mencionado antes, las rutinas son fundamentales para lograr la contención y la estabilidad.

Para alcanzar lo anteriormente mencionado, es  relevante ser conscientes e intentar prever algunas de las dificultades y retos que traerá la quietud en casa, pues aspectos como la intolerancia o la irritabilidad amenazarán nuestra tranquilidad. Para contrarrestar esto el camino más certero es la empatía, y un buen primer paso para fomentarla es escucharnos de manera asertiva, esto quiere decir atender a la otra persona desde el momento presente, buscando realmente capturar la esencia el mensaje que nuestro interlocutor nos quiere enviar, y no escuchar mientras pensamos en lo que vamos a contestar o a refutar; de esta manera lograremos comunicarnos de manera efectiva que contribuirá a mantener la tranquilidad.

También es importante recordar que no solo nuestras palabras comunican sino que también lo hace nuestro lenguaje no verbal. Por lo tanto, observar atentamente a las personas con las que convivimos será de gran ayuda para intentar comprender cómo se están sintiendo. Este punto cobra gran relevancia en relación a las niñas y niños que acompañamos, pues es muy posible que estén experimentando niveles altos de tención, ansiedad o miedo, y que no lo estén manifestando verbalmente. Por esta razón, es importante explicarles con un lenguaje sencillo qué es lo que está sucediendo, cuidando de no darles más información de la que necesitan y teniendo claro que la finalidad es fomentar en ellos y ellas la tranquilidad y seguridad que necesitan. Recuerden que para promover estos dos aspectos será fundamental que los pequeños perciban a los adultos que los acompañan como líderes de la manada, protectores y fuentes de estabilidad.

Retomando el tema de la comunicación, también es pertinente cuidar las conversaciones que tenemos y las expresiones que utilizamos frente a los niños respecto a la coyuntura por la que pasamos, pues se pueden prestar para interpretaciones enmarcadas por el fatalismo y el pánico. De igual manera les recomendamos estar muy atentos a la información que reciben sus hijos e hijas de los medios de comunicación y las redes sociales, pues sin duda alguna un noticiero o videos de YouTube podrían estar despertando emociones muy difíciles de gestionar para ellos.

Sin duda es un momento difícil para todos, estamos atravesando por una crisis a nivel mundial, es un hito que marcará la historia y del que hablarán nuestros descendientes en el futuro, estamos en un momento decisivo y nuestro actuar será definitivo. Por lo tanto, como toda crisis, si buscamos capitalizarla de la mejor manera, nos traerá muchos aprendizajes, nos hará más fuertes y a la vez más sensibles, nos hará, desde mi punto de vista, mejores seres humanos.

Enmarcado en lo anterior, me permito compartirles una historia personal que es pertinente en este momento. Hace casi quince años, cuando estaba terminando mi bachillerato, estaba sumergido en una típica crisis adolescente en donde no le encontraba ni pies ni cabeza a la situación que estaba viviendo en ese momento. En medio de mi desasosiego, fui a visitar a mi directora de teatro, mujer a la que respeto, admiro y quiero profundamente. Mientras me desahogaba ella escuchaba mis palabras atentamente y en silencio, cuando terminé me dijo: quiero mostrarte algo. Se paró a su biblioteca y de un libro sacó un papel escrito a mano con unas palabras que cambiaron mi forma de entender la crisis y, de alguna manera, también cambiaron mi vida. Les comparto el texto que tenía ese papel, que según internet (porque confieso que nunca he podido encontrar la fuente original), es lo que pensaba Albert Einstein sobre la crisis:

“No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar ‘superado’. Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones.

 La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla.”

 No siendo más, me despido con un fuerte abrazo cibernético, sintiéndome orgulloso de pertenecer a esta comunidad, que está mostrando una vez más su capacidad de UNIDAD.

Atentamente,

 

Eduardo Ordoñez
Orientador Escolar de preescolar y primaria